El azul lo invade todo en Sidi Bou Said. Azul sobre blanco, esencia del Mediterráneo.
A Sidi Bou hay que ir por la tarde, disfrutar de la hora bruja y relajar la vista saboreando la infinita gama de azules que se pierde en el horizonte. Subir la empinada cuesta merece la pena. Arriba está lo mejor.
Después podremos descansar en alguno de los patios de la mansión del barón d’Erlanger, acunados por el murmullo de sus fuentes.
A Sidi Bou hay que ir.
Mientras tanto, en Les Bains de TiniT intentamos traeros un poquito de esos azules, un poquito de esa esencia mediterránea, en cada una de nuestras futas.
Disfrutadlas.